domingo, 2 de diciembre de 2007

El Intelecto

El intelecto es otro atributo importante de la misión profética. En este contexto, tiene un significado concreto: una combinación de capacidad de razonamiento, sagacidad, inteligencia, buen juicio y sabiduría que supera la capacidad de la gente normal a través de un sublime poder de entendimiento. Esto abarca y coordina todas las capacidades humanas, ya sea del corazón, del alma o de la mente.
Bajo la influencia de tendencias temporales, algunos reducen el Islam a un sistema racionalista. Ellos consideran la razón como la máxima autoridad, y no hacen ninguna distinción entre el juicio de la razón firme, los excesos y los defectos del racionalismo. Todos los principios del Islam, una religión revelada, que se origina en un Conocimiento que abarca todas las cosas, pueden ser confirmados por la razón. Sin embargo, un entendimiento completo del Islam requiere un intelecto Profético para captar el completo significado del universo y la humanidad. El Islam admite la máxima autoridad de la razón, no de la razón humana, que es limitada por la capacidad de alguien y por lo general entra en conflicto con el otro, sino de la razón universal de un Profeta, ya que el Islam es el nombre del Orden Universal Divino.
Allah manifiesta Sus Nombres a través de los velos. Su Unidad absoluta requiere que atribuyamos los resultados directamente a Su Poder creativo. Pero Su Trascendencia, Grandeza y Majestuosidad requieren causas “naturales” para velar Sus actos de modo que la gente no le atribuya el que les parece desagradable. Él envió a los Profetas para comunicar Su Revelación. Como no podemos recibir la Revelación directamente, los Profetas funcionaron como un prisma que recibe y luego refleja la Revelación Divina. Ellos modularon la Revelación según la capacidad intelectual de su pueblo y las circunstancias más destacadas. En otras palabras, el intelecto profético permite a un Profeta entender todo sobre su gente y así contestar todas sus preguntas y solucionar sus problemas.
Si estudiamos los éxitos del Profeta, vemos que él fue un estadista y un gran comandante. Como encarnación o manifestación más completa del Atributo Divino del Discurso, él es el orador más influyente que jamás hayamos visto. Sus palabras, sin tener en cuenta su simplicidad aparente, conciernen a todo el mundo, a pesar de su simplicidad intelectual. Como el conocimiento humano aumenta, vemos que estas palabras supuestamente simples son,en realidad, como un océano cuya profundidad es sólo comprendida al sumergirnos más en él, o como una rosa con pétalos uno dentro del otro, cada uno repleto de sentidos.
Su nivel de entendimiento era tan sublime que Wahb ibn Munabbih, quien era muy versado en la Tora y los Evangelios, dijo: “Al comparar la capacidad del Mensajero de Allah con la capa­ci­dad mental de la humanidad en su totalidad y la percepción, vemos que parece un grano de arena comparado con toda la inmensidad de un vasto desierto”.[1]

[1] Qadi Iyaz, “Shifa,” 1:67.

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